Estos langostinos resultan casi tan ricos como a la plancha y además tiene la ventaja de que no manchas toda la cocina, por lo que resulta un plato sabroso y cómodo de hacer.

No siempre les hago del mismo modo, por lo que pondré las distintas variantes. Todas recomendables. Para todas ellas el tiempo de horneado es el mismo.

A mí, la que más me gusta es la más sencilla. Hoy hice la versión con coñac.

Ingredientes base:

• Langostinos o gambones grandes.
• AOVE.
• Sal gorda.
• Espolvorear siempre sal gorda en el fondo de la fuente donde hagamos los langostinos.

Preparación simple:

Lavar y secar con papel de cocina los langostinos.

Espovorear sobre una fuente de horno un poco de sal gorda y un chorrito de AOVE. Colocar encima los langostinos sin amontonarlos. Echar un hilito de AOVE por todos ellos y un poco de sal gorda.

Meter a horno precalentado a 180/200º durante unos 12 a 15 minutos. Dependerá del tamaño de los langostinos y del horno. Cada horno es un mundo.

Los langostinos y gambones del nº 1 y los del nº 2 los pongo a 220º durante 8 minutos. Con este tiempo y temperatura quedan muy jugosos.

Preparación 2:

Hacer un aceite de ajo, perejil, limón y sal (yo siempre tengo en la nevera un biberón con este aliño). En el vaso de la batidora ponemos el ajo, la sal y el perejil, añadimos el AOVE y trituramos bien. Luego agregamos el zumo de limón al gusto. Agitar siempre antes de usarlo para que emulsione.

Regar con un chorrito del aceite de ajo y perejil cada langostino  y espolvorear con otro poco de sal gorda. Hornear.

Preparación 3:

En un bote de cristal ponemos el zumo de limón, la misma cantidad de coñac y doble de AOVE que de limón, y unas gotitas de Tabasco. Tapamos el bote y agitamos para que emulsione. Con una cuchara lo vamos echando sobre todos y cada uno de los langostinos. Espovorear con otro poco de sal gorda y hornear.

Sevir recién sacados del horno.