Aún más claro. Esta tortilla es, en realidad, la mejor tortilla de bacalao del mundo mundial. No digo más y lo digo todo.
La receta es de Charo Zapiaín, del Restaurante Roxario en Astigarraga y, desde que se la vi hacer para David de Jorge en su canal RobinFood, es la que hago en casa. Las tortillas de bacalao son típicas de las sidrerías del País Vasco.
Esta vez he fotografíado todos los pasos para compartirlos en el Blog. La foto de la ración ya partida es de una elaboración anterior.
La mezcla de bacalao y el dulce de la cebolla confitada es uuuuummmmm!, deliciosa. Me recuerda a las empanadas de bacalao con pasas que hacemos en Galicia.
El truco de esta tortilla está en utilizar unas buenas tajadas de bacalao, no valen migas, en el caramelizado de la cebolla y en unos buenos y frescos huevos caseros. Y que quede muy jugosa, claro.
Ingredientes:
- 350 grs. de Bacalao en salazón.
- 5 Cebollas hermosas.
- 4 ó 5 guindillas frescas, da igual rojas que verdes.
- Un buen puñado de perejil picado.
- 7 huevos. Esta vez tuve que utilizar 10 pues algunos eran pequeños.
- AOVE (aceite de oliva virgen extra)
- Sal.
Preparación:
Picar las cebollas en pluma y reservar.
Poner las tajadas de bacalao, que previamente habremos desalado, a blanquear en agua fría que pondremos a calentar y, justo antes de que vaya a empezar a hervir, retirar la cazuela del fuego y dejar enfríar.
Cuando el agua esté fría, desmenuzar y quitar las espinas si tuviera. Las pieles no se tiran, se desmenuzan y aprovechan también, pues luego al mezclar el bacalao con la cebolla desaparecen y aportan sabor y untuosidad. Reservar.
Poner en una sartén a calentar abundante AOVE, añadir las guindillas partidas por la mitad a lo largo y dejar que se pochen para que suelten todo su sabor. No os preocupeís al ver tanta guindilla que luego la tortilla no va a picar nada.
Cuando las guindillas hayan soltado todo su sabor, retirarlas, colar el aceite y utilizarlo para pochar la cebolla en una cazuela amplia para que quepa toda. Tiene que quedar caramelizada, para ello podemos hacerlo a fuego lento y con calma o, si tenemos prisa, a fuego más alto removiendo frecuentemente para que no se agarre y se queme.
Mientras, picar un buen puñado de perejil fresco.
Cuando la cebolla haya adquirido un bonito color rubio, pasarla, con ayuda de una espumadera, a la sartén dónde vayamos a cuajar la tortilla.
Añadir el bacalao desmenuzado y sus pieles.
Revolver, a fuego medio, para conseguir una mezcla homogénea junto a la cebolla. Con ayuda de una espátula de madera, ir deshaciendo aún más los trozos de bacalao según removemos.
Añadir el perejil picado y seguir integrando la mezcla.
Batir los huevos con un poco de sal, añadirlos a la sartén y mezclar removiendo. Dejar que cuaje un poco por ese lado, dar la vuelta a la tortilla y a los 30 segundos, para que cuaje un momento, retirarla ya a un plato.
Notas:
- El agua de blanquear el bacalao no lo tiro, lo aprovecho para hacer una porrusalda.
Reblogueó esto en Rikkésimo.
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