Te puede gustar comer marisco en general, pero si pruebas el marisco gallego te darás cuenta de que está a otro nivel. Vamos que la diferencia es equiparable a comer jamón o comer jamón ibérico.
El mejor pescado y marisco es el de las costas gallegas. Y no es porque lo diga yo. Lo dice nada más y nada menos que Ferrán Adriá, que algo sabe del tema el hombre. Os animo a leer este artículo de La Voz de Galicia en el que se explica porqué estos productos del mar gallego son tan exquisitos (por la costa abrupta, por la peculiaridad de las rías y por el afloramiento).
Nos regalaron esta nécoras de la Ría y ésto no se da todos los días. No podéis haceros idea de lo buenas que eran y lo ricas que estaban.
El marisco gallego se cuece a partir de agua fría con sal y unas hojas de laurel siempre que esté vivo y se empieza a contar el tiempo cuando el agua comienza a hervir. Si está muerto se pone antes el agua a hervir y luego se añade el marisco. Ésto no cuenta ni para los percebes ni para el pulpo que siempre se echan a la cazuela cuando ya está el agua hirviendo.
Os dejo una tabla de tiempos de cocción del marisco gallego y la cantidad de sal por litro de agua. La verdad es que yo no peso la sal ni mido el agua, ya le tengo cogido el punto y sé, a ojo, cuántos puñados de sal gorda tengo que tengo que echarle.
Ingredientes:
- Nécoras.
- Sal gorda.
- Hojas de laurel o de loureiro como se le llama aquí.
- Agua.
Preparación:
Poner las nécoras en una cazuela amplia, añadir sal, unas hojas de laurel y agua abundante y poner a hervir conforme a la tabla de tiempos que os he puesto.
No olvidéis que hay que contar el tiempo cuando empiece a hervir el agua y que si las nécoras están muertas tendréis que echarlas cuando empiece la ebullición del agua.
Una vez terminado el tiempo de cocción, sacad las nécoras con unas pinzas de cocina, ponedlas en una fuente y cubridlas, cuando se enfríen un poco, con un paño de algodón que habréis mojado en el agua de cocerlas y escurrido ligeramente si no las vais a consumir inmediatamente.
Si os sobran podéis guardarlas en un túpper en el frigorífico, tapándolas con el paño de algodón y cerrando el envase con su tapa.