Por diversas causas me ha sido imposible subir recetas al blog. Así que, ahora que puedo, iré poniendo recetas que he hecho durante estos meses.
Aprovechando que vino mi tío Salva y me trajo un pan de mi pueblo, lo que es un lujazo, la primera que compartiré con vosotros es la receta de las Sopas de Ajo o Sopa Castellana, aunque en estos momentos no es nada adecuada a las temperaturas tan altas que estamos teniendo, pero tenedla en cuenta para los meses de frío, os gustará.
Las sopas de ajo son típicas de la Comunidad de Castilla y León, aunque también se toman en otras zonas de España como el País Vasco, Madrid, etc.
Es una receta basada en la cocina popular de mi tierra y que hacían las abuelas aprovechando el pan duro del día anterior y con pocos ingredientes más, como pimentón, manteca de cerdo, ajos, jamón y/o chorizo y huevos.
Yo recuerdo que mi abuela Isabel se las hacía de desayuno pero más sencillas, simplemente con pan, ajos y pimentón. Si cierro los ojos aún puedo verla haciéndolas y olerlas, ummmmm, qué buenos recuerdos.
Éste es el pan que se utiliza para estas sopas. Es un pan de miga suave, de textura prieta y densa y con escasos alveolos y escasa hidratación.
Resulta una sopa muy nutritiva y reconfortante.
Ingredientes:
- Unas rebanadas finas de pan, a ser posible del día anterior.
- Unos dientes de ajo, la cantidad al gusto.
- AOVE (aceite de oliva virgen extra).
- Manteca de cerdo.
- Un poco de jamón, a ser posible ibérico, pero si no tenéis vale el serrano. Esta vez yo tenía en el frigorífico ibérico, así que es el que usé.
- Unas rodajas de chorizo.
- Pimentón dulce.
- Huevos de gallina.
- Agua o caldo de pollo. Realmente se hacían con agua, pero el caldo de pollo enriquece la sopa.
- Una pizca de comino en polvo.
- Elaboración:
- Cortar el pan en rebanadas.
- Poner a calentar, a fuego medio, en una cazuela AOVE. A mí me gusta añadirle un poco de manteca de cerdo, que le da el gusto a las sopas de antaño.
Picar el jamón y el chorizo.
Cuando el aceite y la manteca cojan temperatura, agregar los dientes de ajo en rodajas o picados al gusto.
Cuando los dientes de ajo cojan un poquito, pero poquito, de color dorado, añadir el jamón y el chorizo y dejar que se salteen unos minutos y suelten sus sabores.
Cuando veamos el ajo doradito, pero no quemado, agregaremos las rebanadas de pan. Remover las rebanadas para que absorban el aceite y las grasas que han soltado el jamón y el chorizo.
Añadir ahora una cucharada o algo menos de pimentón. Remover teniendo mucho cuidado de que no se queme porque si no amargaría. Podéis retirar un momento la cazuela del fuego para hacer esto.
Mezclar bien el pimentón y añadir el agua o caldo de pollo hasta cubrir el pan y un poco más.
Agregar un pellizquito de cominos en polvo.
Dejar hervir a fuego lento sin remover hasta que veamos el pan blandito.
A mí me gusta echarle un huevo y romperlo para toda la sopa.
Ahora es cuando escalfo un huevo para cada comensal, que casi se hace solo con el calor de la sopa. También podéis tapar la cazuela para que acaben de cuajar.
Servir las sopas de ajo calentitas, preferiblemente en su cacharro de barro.
Yo no la complico tanto pero esta RIQUÍSIMA .
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Es una receta que admite las variantes que cada cocinero haga y siempre está buenísima. Seguro que la tuya está igual de buena.
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